La Tía Melitona nació con la vocación de mantener las tradiciones. Por lo que en el año 2006, cuando se jubiló Ángel Benito, el que había sido responsable del Obrador desde los años 70, decidimos comenzar una nueva aventura. Teníamos muy claro que queríamos seguir haciendo las cosas como lo habían hecho nuestros mayores. Tres generaciones de reposteros nos preceden y nuestra intención es mantener vivo su legado.
Los comienzos no fueron nada fáciles, puesto que pasamos de vender pan y repostería a clientes de toda la vida en el pueblo, a intentar vender nuestros productos en otros pueblos y ciudades donde nadie nos conocía. Fueron años duros, de mucho trabajo en el obrador y ferias los fines de semana por toda la comunidad, para dar a conocer nuestras elaboraciones.
En cuanto al nombre de la Empresa, estaba claro desde el principio. Queríamos que transmitiera tradición y artesanía por los cuatro costados. Y qué mejor que utilizar el nombre de una jota por todos conocida, como es la de la Tía Melitona. Pero la razón principal de utilizar este nombre para nuestro pequeño obrador, es que la persona que estuvo al frente del despacho de pan durante todos estos años, se llama Melitona (Meli), y que mejor forma de hacerla un homenaje que utilizando este nombre.
Al principio solamente elaborábamos productos de repostería tradicional, de la misma forma que lo hacían las señoras del pueblo, cuando iban a nuestro obrador días antes de las fiestas patronales para hacer las pastas de almendra, los bollos de aceite de oliva, las magdalenas o los arrastrados….. Con el paso del tiempo empezamos a hacer productos con mantequilla como las pastas de té, lenguas de gato, galletas de naranja y chocolate, hasta que llegamos a nuestra especialidad “los Melitones”, un bizcocho a base de mantequilla y harina de almendra. Pero siempre elaborados de forma artesanal y con materias primas de primera calidad.
Nuestro proyecto no es solamente un trabajo, del que por suerte podemos vivir, si no que es una forma de vida. Una vida en nuestro pueblo, donde crecen nuestros hijos. Donde hacemos lo que nos gusta como nos gusta. Donde, aunque con mucho esfuerzo, sacamos adelante una pequeña empresa. Pero sobre todo, donde sentirnos orgullosos de hacer las cosas de la mejor forma posible y ofrecer una gran variedad de repostería artesana. Por todo ello, seguiremos trabajando para que nuestros productos tengan…